top of page

Líbrate de la necesidad de aprobación

Siguiendo la línea del anterior artículo, ahora comenzamos con los consejos para poner fin a esa necesidad limitante de aprobación por parte de los demás.

  1. Acepta que no es necesario la aprobación por todo el mundo.

Siempre va a ver alguien que no esté de acuerdo.

Lo que le gusta a unos les molesta a otros y eso no depende de ti, por lo que deja de perder energía en ello.

Primer truquito para librarnos de esto: transformar la necesidad de aprobación a una preferencia, es decir, una opción.


Por ejemplo: “puede que le guste lo que yo pienso pero no necesito que él apruebe lo que yo pienso”

El siguiente paso será cambiar la manera de reaccionar ante los demás, y esto se hace utilizando mensajes “TÚ”: en lugar de disculparte por pensar diferente (“en realidad yo lo que quería decir era esto…”) vas a cambiar la frase por: “Tú crees que yo debería pensar igual que lo haces tú, pero esto es lo que pienso yo”.

Con ello, le estoy diciendo a esa persona que la desaprobación es suya y no mía, el problema lo tiene la persona y no tú por juzgarte. Así, te independizas de su opinión y te ratificas en la tuya.

Se trata de ir asumiendo que lo demás pueden pensar lo que quieran de nosotros y no pasa nada. El otro puede enfadarse contigo y está en su derecho, pero eso no significa que te deje de querer o se rompa la relación. No coincide con una conducta concreta tuya, lo que no significa que te desapruebe en tu totalidad como persona.

2. Deja de buscar respaldo en lo que dices:

Deja de preguntar y afirma:

  • Qué día tan bonito hace hoy, ¿verdad? à ¡Qué día tan bonito hace!

  • ¿A que nos lo pasamos muy bien en la fiesta? à ¡Nos lo pasamos muy vienen la fiesta!

Y tú te preguntaras: ¿y con esto voy a cambiar lo que los demás piensan de mí? ¡Claro que no! Con esto lo que vas a cambiar es la percepción que tú tienes de ti mismo, ganando seguridad en ti mismo, porque te vas a escuchar diciendo lo que piensas sin pedir que piensen como tú.

Se trata de no mostrarte dubitativo y expresar lo que piensas porque cada vez que consultas una opinión, pierdes fuerza, aunque tengas muy claro lo que dices. Mientras que si afirmas lo que piensas, te podrás equivocar o no, pero ganas confianza en ti mismo.

3. No evites situaciones de confrontación, todo lo contrario, hay que ir en su búsqueda.

No quiero decir que estés todos los días a la gresca con los demás, sino que promuevas conversaciones con personas que sabes que piensan distinto a ti. Eso te va a ayudar a acostumbrarte a intercambiar impresiones sin sentirte mal por ello.

Cuando lo haces, te das cuenta de que la gente te aprecia indistintamente de que lo que pienses e incluso te apreciarán más cuanto menos te importe que te aprecien.

Y si te cuesta aplicar los consejos vistos hasta ahora, escríbeme por privado para encontrar la manera de ayudarte!

Entradas recientes
bottom of page