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¿Qué harías si no tuvieras miedo?

Pss… ¡¡Qué pregunta!! ¿Yo?, ¿miedo??

Piensa por un momento si te frenas a hacer cosas por pensamientos del estilo:

‘No te muestres así, esconde, vas lenta, sé más, sé mejor, cumple con tu deber, no te quedes atrás, no eres suficiente, quién eres tú para hacer esto, esto no está bien, no está perfecto, a quién le va a importar...’.

Con estas voces caes en la trampa de compararte continuamente con el resto. Haces elecciones pensando que es 'lo correcto', 'lo mejor' o 'lo más acertado' para tener 'éxito'. ¿Y sabes qué? - Que te olvidas de algo imprescindible para encontrar sentido y satisfacción en lo que haces: tus valores. - Que te olvidas con demasiada facilidad de sí lo que estás haciendo es lo que quieres hacer. - Que te olvidas de que 'lo correcto', 'lo mejor' o 'lo más acertado' para otros, quizá para ti no lo sea. Y lo más fundamental. - Que te olvidas de que la esencia, el alma y el corazón de tu vida eres tú mismo.

¿Y qué ocurre entonces? Que el miedo gana la batalla.

Sin embargo, el miedo es una emoción más, ni buena ni mala, todo depende de lo que hagamos con ella.

Por eso te comparto cosas que yo he aprendido del miedo:

1. Las decisiones que tomamos desde el miedo (y las que no tomamos) nos alejan de lo que es importante para nosotros. Las pequeñas decisiones cotidianas apenas suponen un cambio importante pero las grandes decisiones, las más importantes, son esas decisiones que pueden cambian por completo tu rumbo o el sentido de lo que estás haciendo. ¿Te has parado a pensar cuántas de estas decisiones has tomado por miedo? ¿Cuántas de estas decisiones has dejado de tomar por miedo?

Es por esto que con cada decisión que tenemos que tomar llega la duda y el miedo a equivocarnos. Es normal. Es normal querer mantener en nuestra vida la falsa sensación de sentirnos seguros, protegidos, aceptados, acompañados o cualquiera que sea la forma que tome en tu caso. Es normal tener miedo a perder. Sin embargo, el miedo también puede convertirse en la prisión que nosotros mismos nos creamos y que nos mantiene atrapados en la escasez, en el apego y en el victimismo. La prisión que nos lleva a auto-sabotearnos continuamente en nuestro camino. 2. Cuando el miedo aparece es porque algo bueno te espera al otro lado El miedo, al igual que la duda, es un indicador que te dice lo que tienes que hacer. Que el camino que el miedo está bloqueando es el que tienes que seguir. Que cuanto más miedo sientes, más seguro es que tienes que hacerlo porque va a ser importante para ti y para tu crecimiento. Es por esto que sentimos tanta resistencia, tanta duda, tanto miedo. Si no hay resistencia, ni duda, ni miedo, simplemente significa que no hay nada allí para ti. 3. El miedo es el mayor destructor de sueños que existe. Si hay algo que sé con certeza es que la vida siempre va a suceder y que nunca será un buen momento para salir de tu zona de confort. Y también sé que cuando le das poder a tus miedos estás dejando que se escape lo más valioso que tienes: tu tiempo de vida.

Es por todo esto que te cuento que el miedo es bueno, necesario e importante: no pases de él, no lo ocultes y ¡piensa sobre qué te está informando!

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