¿Eres antifrágil?
Todos sabemos lo que significa la palabra frágil: algo que se puede romper fácilmente. Por ejemplo, un vaso es frágil, cuando se cae al suelo se rompe.
Por el contrario, para que algo sea antifrágil, tiene que mejorar cuando es sometido a mucho estrés. Por ejemplo: un pedazo de carbón al someterlo a altas presiones, su configuración molecular cambia y se convierte en un diamante.

¿Y que le pasa al ser humano cuando se cae y se rompe en mil pedazos? que se reconstruye aun más fuerte.
Y si no te lo crees de primeras, piensa en aquellas situaciones que han hecho que te rompieras o que te ha costado afrontar...una ruptura de amor, darte cuenta de que no todos tus amigos son tan amigos, que te echen de un trabajo, una decepción de alguna persona que era importante en tu vida...
Tras superarla, ¿te ha hecho ser más fuerte o crecer como persona?
Si ahora mismo te encuentras en un momento en el que te estás rompiendo, agradécelo y mira la parte positiva de que te va a hacer más fuerte. Aprende a amar lo que realmente te hace crecer. Quizás así lo afrontes de otra manera.
Y recuerda...somos antifrágiles como el diamante.