¿Qué haces cuando sopla el viento? ¿Un muro o un molino?
Cuando se avecinan cambios, en muchos casos intentamos evitarlos. Inventamos nuestros propios sistemas de bloqueo, para que hagan que sigamos en nuestro pequeño círculo de comodidad, que aunque muchas veces sea incómodo, triste, feo, es conocido, y parece que eso es lo que realmente nos interesa.
Nos da miedo lo desconocido, lo diferente, y eso es lo que nos hace precisamente que no crezcamos, que no lleguemos a ser todo lo que podríamos ser. Esto es lo que nos hace sentir un vacío en nuestras vidas, saber que algo no va bien, incluso sentirnos seres desgraciados. Muchas veces pedimos un cambio, porque no nos gusta nuestra vida, pero sin embargo, no hacemos nada para que las cosas sean diferentes. Ante los cambios vemos obstáculos en vez de ver oportunidades, en vez de ver que son el molino que nos va a ofrecer una vida mejor, más plena, más nuestra.
No somos felices en nuestra relación, pero nos da miedo de dejar a nuestra pareja, porque “más vale lo malo conocido, que lo bueno por conocer”. No nos gusta nuestro trabajo, no nos hace felices, pero no hacemos nada por conseguir otro que nos llene porque “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”. Queremos que mejore nuestra salud, pero no cambiamos nuestros hábitos, queremos que mejore nuestra imagen, pero ni siquiera nos atrevemos a teñirnos el pelo. Queremos ir a un sitio en vez de a otro, pero no nos atrevemos a dar nuestra opinión cuando nos preguntan…
¿Cómo te hacen sentir todas estas decisiones?
Los cambios son los que mueven el mundo, los cambios en sí mismos siempre son positivos, porque suponen una evolución, aunque las consecuencias que traigan puedan suponer una situación que nos guste menos que la anterior (en un primer momento). Los cambios son oportunidades y como tales hay que afrontarlos.

Por ello nuestra actitud debe ser diferente. Debemos estar abiertos. Debemos aprender a ganar de las trasformaciones, a sacar lo positivo, a disfrutarlas. No dejemos que nuestros miedos, que nuestros hábitos, que la sensación de falsa seguridad, dominen nuestra vida, y nos hagan seres infelices, seres que quisieran otra cosa, pero que no se atrevieron a vivirla.
Aprendamos a construir molinos, aprendamos a utilizar el viento. Enfréntate al miedo del cambio, porque la recompensa es ser lo que queremos, vivir como realmente somos.