Todo lo que siempre has querido está al otro lado del miedo
Una persona crece realmente cuando se enfrenta a las cosas a las que tiene miedo. Con miedo me refiero a:
Sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. Ejemplo: no voy al médico porque me va a decir que tengo cierta enfermedad; no le digo a mi jefe lo que me molesta porque me va a despedir; no quiero que mi pareja hable con otras personas por si la pierdo; no digo lo que pienso porque me van a dejar de querer o quedarme solo.
Sentimiento de desconfianza que impulsa a creer que ocurrirá un hecho contrario a lo que se desea. Ejemplo: estoy fatal en mi trabajo pero no lo dejo porque no voy a encontrar otro; no me preparo la oposición porque no la voy a aprobar; no me pongo a dieta porque no voy a ser capaz de mantenerla; hablar en público; bailar frente a otras personas.
En resumen, crecemos cuando nos enfrentamos a cualquier situación que resulte una amenaza para nuestra vida, para nuestra autoestima, nuestra seguridad (según nuestras creencias sobre lo que es seguro o no), y para el concepto que tenemos de nosotros mismos.
Y si no te lo terminas de creer, piensa en aquellas situaciones que has superado o conseguido y piensa en cómo te has sentido tras hacerlo.
El miedo en sí mismo es positivo, nos ayuda a alejarnos de un suceso para el cual todavía no estamos preparados.
El problema, con cualquier emoción, es cuando nuestras creencias e interpretaciones hacen que sintamos miedo de forma disfuncional, es decir, lo que ocurre a consecuencia de sentir ese miedo es aún peor que lo que ocurriría si no lo sintiéramos.
Si sabes a dónde quieres llegar, qué tipo de persona quieres ser o qué objetivo quieres alcanzar (y si no lo sabes te animo a planteártelo), y sabes de sobra que tus gestos diarios no te llevan a eso pero sigues haciéndolos porque es lo más cómodo, hazte la siguiente pregunta:
¿Esa comodidad de hoy en qué se va a convertir mañana?
¿Qué repercusiones va a tener en ti?
Por ello es fundamental, parar de hacer aquellas cosas que nos hacen daño o que no nos favorecen y comenzar a hacer las cosas que sabemos que nos hacen bien y nos llevan al lugar a donde queremos estar.

Si te cuesta cambiar de hábitos empieza por acciones pequeñitas, algo que no te suponga un gran esfuerzo de eliminar y/o incorporar en tu día a día, y cuando lo tengas dominado, pasa a la siguiente acción. El cambio no será de un día para otro pero los pasos serán seguros.
Enfrentarte a estas situaciones te va a fortalecer como persona y va a desbloquear tu potencial, presentándose la posibilidad de superar todo aquello que actualmente te hace sufrir.
Realmente no sabes en quien puedes convertirte si empiezas a aprovechar tu tiempo y a invertir en ti mismo.
ERES MÁS DE LO QUE TE HAN PERMITIDO SER,
ERES MÁS DE LO QUE TE HAN DICHO QUE ERES.
ERES MÁS DE LO QUE TÚ MISMO TE HAS IMAGINADO.
Si tras analizar un poco tu situación crees que necesitas un empujón externo, aquí estoy yo para ayudarte ;)